Cuando Sócrates se miró aquella mañana al espejo empezó a cavilar sobre cierto lugar extraño en donde moraban las inefables ideas.
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Este blog recoge una correspondencia privada. Por favor, absténgase de leer su contenido toda persona ajena al destinatario de las cartas.
Comentarios
Publicar un comentario